El abrillantado de suelos se realiza normalmente en superficies hechas con materiales porosos, como mármol, terrazo o granito. El tratamiento consiste en reducir esta porosidad para proteger el suelo y darle brillo.
El procedimiento profesional siempre se realiza con una máquina abrillantadora rotativa, en la que se coloca un disco abrasivo de lana de acero, y un producto químico especial para suelos. Tras limpiar el suelo de manera cotidiana, los pasos a seguir son:
En cada paso se moja el suelo con agua, se pasa la máquina con el tipo de disco abrasivo adecuado para cada paso y se recoge el agua sobrante. Esta operación se realiza por zonas pequeñas, de unos 2 metros cuadrados. Las pasadas han de ser lentas y cruzadas hasta que consigamos el brillo deseado. El acabado resulta muy elegante, da la impresión de que el suelo está mojado.
Si queremos abrillantar un suelo en casa podemos utilizar una máquina abrillantadora doméstica o recurrir a algunos trucos:
Una vez que tenemos nuestro suelo abrillantado, mantenerlo es muy sencillo: para limpiarlo se puede usar una mopa, cepillo o aspirador y se friega con agua y detergente neutro.